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Como comentábamos en la entrada anterior, los aluxes son guardianes de la naturaleza y así como hay los que resguardan los cenotes, también están los que protegen la tierra.
Continuamos la plática con Aniceto Caamal Cocom, quien aseguró que los antiguos mayas curaban la milpa y el monte antes de sembrar. Ésta práctica era para asegurar la prosperidad de las cosechas, tiempos tranquilos y que los aluxes estuvieran de acuerdo en compartir su hogar.
En Playa del Carmen continúa esta creencia. En la Quinta Avenida con calle 34 se sitúa “El Bosque de los Aluxes”, un sitio que sí bien es reconocido turísticamente, surge en honor a estos míticos seres.
“No es una leyenda, es una cuestión ancestral que se quedó y tiene una explicación. Si donde vives te molestan y no te dejan vivir en paz debes acudir con un men (curandero maya) para que haga una curación”, relató Don Aniceto.
Se ha dado el caso de obras que no terminan de ser construidas debido a que al no estar de acuerdo los aluxes éstas literalmente se caen. Tal es el caso en la carretera federal Playa del Carmen-Cancún, en la curva que va hacia el aeropuerto. Por más que trataban los ingenieros a cargo, siempre terminaba desplomándose la vía.
Fue hasta que se hizo una ceremonia y se construyó una pequeña pirámide en ofrenda, que la obra prosperó.
“En toda la carretera Cancún-Tulum ha habido muchos accidentes que no tenían una causa aparente. La carretera hacia al aeropuerto no la podían terminar porque se desbarataba, se caía, hasta que hicieron la ceremonia y la pirámide porque ahí era un cementerio maya”.
Al construir la carretera federal se enterraron no sólo cementerios, sino manglar, cauces de agua, templos y vestigios arqueológicos. Para estar en armonía, debemos respetar árboles ancestrales, la fauna del lugar y antes de vivir en un lugar, estar en paz, pedir permiso y de ser necesario depositar una ofrenda para tener armonía con los aluxes que puedan estar habitando el mismo sitio.
Hay que recordar que si nosotros como seres humanos tenemos un guardián (llámese santo, ángel, arcángel, etc.), la naturaleza también lo tiene.
